¿Qué es Mindfulness?

Por: Lic. Christian D. Arpa
Director de Espacio Mindfulness

La palabra “Mindfulness” ha sido traducida al español como Atención Plena o Presencia Mental. Durante los últimos 35 años, la práctica de Mindfulness o Atención Plena está integrándose a la Medicina y Psicología de Occidente. Es aplicada, estudiada científicamente y por ello reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés y mejora el bienestar general.

Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. La práctica de Mindfulness implica ejercicios de meditación en un contexto de salud, despojado de cualquier idea religiosa, enfocados a conectar con la experiencia del momento presente aceptándola tal cual es.

Estudios de neuro-imagen, han demostrado una notable actividad de la corteza prefrontal durante la meditación. Es la corteza aquella estructura que nos permite elaborar la información de manera consciente, no automática, evaluar los significados y entonces poder determinar una acción y una emoción acorde a la evaluación hecha. El área prefrontal constituye una especie de modulador de las respuestas proporcionadas por la amígdala y otras regiones del sistema límbico, permitiendo la emisión de una respuesta más analítica y proporcionada. El lóbulo prefrontal izquierdo parece formar parte de un circuito que se encarga de desconectar —o atenuar parcialmente— los impulsos emocionales más perturbadores. A través de la práctica de Mindfulness, entonces, es lícito decir que pueda ayudarnos a regular nuestras emociones, logrando tomar distancia y deteniendo el piloto automático de respuesta emocional. En resumen ser conscientes momento a momento para responder  en lugar de reaccionar. Tomar conciencia de lo que nos está sucediendo y entrenar nuestra atención y desapego.

Sentir una emoción puede ser una oportunidad para explorar la experiencia y elegir como responder, en lugar de reaccionar, por eso podemos:

  1. Observar, prestar atención, dónde sentimos la emoción, en que parte del cuerpo, describir la experiencia.
  2. Aceptar lo que está ocurriendo sin necesidad de juzgar como bueno o malo, dejar los pensamientos a un lado sin desprestigiarlos sino tomándolos también como parte de la experiencia misma y refocalizando la atención en el momento presente, podemos volver a través de la respiración y conectar con nuestros cinco sentidos, aquí y ahora.
  3. Elegir una opción de respuesta, hacer de la emoción algo útil (inteligencia emocional).

Con este entrenamiento entonces, aprendemos a tolerar más nuestras emociones, trabajando la aceptación de las mismas y reduciendo el estrés agregado, generado por el estrés. “Dejemos de enojarnos por estar enojados y hagamos con el enojo algo que nos sea útil”; “si no sientes esta emoción, sea cual fuera, pierdes la oportunidad de conocerla, describirla y hacer algo diferente a lo que vienes haciendo”.